Parecer ocupado, estar ocupado, y ser efectivo

En algún momento del tiempo, estar ocupado se volvió un objetivo laboral, casi una obligación, pareciera estar de moda entre los trabajadores del conocimiento el estar siempre acelerados, con cada vez menos tiempo para relajarse y compartir en espacios diferentes al plano laboral. Como si 8 o más horas diarias no fueran siempre suficientes para resolver las innumerables cuestiones laborales que nos abordan en el día a día.

Si entramos a analizar esta abrumadora situación, nos damos cuenta de que esta es, en la mayoría de los casos, solo una realidad aparente que oculta la verdad sobre nuestra falta de productividad y eficiencia.

Estar ocupado o parecer ocupado.

Existe la creencia para muchos que el mostrar que se trabaja mucho, incluso por fuera del horario laboral, es sinónimo de productividad y eficiencia, sin embargo, nada más alejado de la verdad. En la mayoría de los casos, el tiempo mal invertido y la falta de horizontes, metas, tareas y resultados claros, son los causantes de esta problemática. También existen profesionales que, aun siendo extremadamente improductivos, buscan “aparentar” encontrarse muy ocupados por miedo a que se piense que son malos profesionales frente aquellos cuyas cargas laborales, al menos también en apariencia son mayores.

Existen sin embargo trabajadores que realmente viven un diario, frenético y estresante ritmo de trabajo, entre llamadas, reuniones, informes y mails, sin apenas tiempo para comer un Sandwich como almuerzo frente al computador, mientras intentan resolver un sin número de tareas agobiantes. Gran parte de esta problemática viene dada por líderes o jefes que empujan a sus equipos y colaboradores a estar siempre en constante actividad sin dejar apenas espacio para desacelerarse, y generar nuevas ideas.

Estar ocupado vs Ser Efectivo.

En la mayoría de los casos, el estar ocupado al extremo es sinónimo de desorden, falta de prioridad y claridad en las tareas y proyectos a abordar. Quien es realmente eficiente, no solo cumple con sus objetivos primarios, pues los tiene claramente definidos, sino incluso logra dar un extra en su trabajo. Cuando se logra manejar de forma eficaz el tiempo, y balancear el trabajo enfocado con el descanso y espacios de relajación, se logra mucho más que cuando se está en actividad intensa de forma constante.